miércoles, 13 de marzo de 2013

Un Colegio para Todos

Un bonita historia de solidaridad.
Llegó un momento en el caminar de nuestra vida en que empezamos a sentir cierta inquietud, desasosiego y malestar, sobre todo cuando en el día a día surgían en nuestra mente imágenes contradictorias que reflejaban dos polos opuestos, el de la riqueza y el de la pobreza, imágenes de una sociedad opulenta y abundante de recursos fundidas con imágenes de sociedades inmersas en la miseria, la escasez y la necesidad más absoluta. Esta diferencia nos generaba sentimientos de confusión y contradicción, de alegría e indignación, de alegría porque un día nacimos en un lugar y en el seno de una familia que nos educaron y nos entregaron los recursos necesarios para poder estudiar y para poder formarnos y ser hoy lo que somos y tener lo que tenemos, y de indignación porque vemos cada día el sufrimiento y la necesidad de los niños que no pueden tener lo mismo que nosotros hemos recibido y que viven en la más absoluta miseria. La educación es el principio del desarrollo de toda sociedad, y conforme mayor era nuestro desasosiego mayor se hacía la necesidad de encontrar caminos de solidaridad, de ayuda a los demás, y empezó así a surgir una idea en nuestras mentes, una idea que se repetía una y otra vez, la idea de que todos los niños del planeta deben recibir una educación, deben tener un colegio donde educarse y formarse, y nació así “UN COLEGIO PARA TODOS”.

Sentíamos la necesidad de valorar y reconocer a todas las personas, familiares y amigos, que influyeron en nuestro caminar, en haber hecho de nuestra vida lo que es hoy, en habernos educado, formado, en habernos dado seguridad, cariño, afecto y amor. En definitiva, habernos dado la posibilidad de tener un futuro, y nos sentimos hondamente agradecidos y con una grandísima deuda pendiente, la de ayudar a otros a tener un futuro, una educación para la vida, nos surgió así “UNA GRAN DEUDA SOLIDARIA”.
De esta enorme necesidad, la de proveer a todos los niños de un colegio, un lugar donde sean educados y protegidos, un lugar que les proveerá de un desarrollo futuro, surgió el hermanamiento, la necesidad de concienciar a los niños y a las familias de AYUDAR a otros niños, y que consistía en que cada niño donase 1€ de su matrícula al escolarizarse para que otro niño pueda escolarizarse en los países más desfavorecidos y subdesarrollados. Nació así la “LA CAMPAÑA DEL EURO”.

Este esfuerzo por parte de las sociedades desarrolladas, estos actos de solidaridad tan necesarios para dotar de recursos educativos a niños que no podrían de otra forma recibir, es un bien a la HUMANIDAD en su conjunto, es una inversión solidaria de ayudar a aquellos que algún día nos podrán ayudar a nosotros, que algún día podrán incluso llegar a salvarnos, porque ¿quién dice que no está en ellos los futuros grandes descubrimientos que quedan por llegar?  “ELLOS NOS SALVARÁN”.

Sentimos la velocidad vertiginosa a la que va nuestra sociedad y nosotros inmersos en ella, sentimos un vacío interior pese a la opulencia, las personas están cada vez más materializadas y menos humanizadas, no porque quieran sino porque la sociedad nos arrastra sigilosamente hacia un modelo capitalista y materializado, dando así la espalda a la enorme necesidad existente. Pero la solidaridad es un valor que se encuentra en nuestro interior, que nos libera, que nos hace más humildes, que llena el vacío del materialismo, es una llamada que en algún momento nos toca a nuestra puerta, y en ese preciso instante comienza una nueva vida por descubrir.

Breve Reflexión: Convicciones y Circunstancias

La vivencia que se tiene en el encuentro con uno mismo, es una parada en el caminar, una disminución de la velocidad a la que nos lleva el d...