martes, 14 de abril de 2015

Formación y adaptación al cambio

La formación continua constituye un elemento de gran calado en cualquier organización, máxime si pensamos en las circunstancias que nos rodean y en la velocidad vertiginosa a la que transcurren los acontecimientos: globalización de recursos, colaboración masiva, aprendizajes colaborativos, entornos redárquicos, nativos digitales con elevado dominio de las tecnologías, etc. Todos estos acontecimientos requieren de un proceso de adaptación al cambio y de formación para mantener y aumentar el nivel de exigencia y rendimiento que cada vez más requieren las organizaciones.

Las acciones formativas integradas en los planes de formación deben aportan los conocimientos teórico-prácticos necesarios para adquirir las competencias que permitan una adaptación a las nuevas circunstancias, no debiendo responder únicamente a las demandas sobre necesidades formativas que se observan en nuestro personal o que son planteadas por ellos, sino que deben orientarse a modificar la concepción de los esquemas actuales de funcionamiento, ya que si se sigue haciendo lo que siempre hemos hecho, seguiremos consiguiendo lo que siempre hemos conseguido, y los nuevos tiempos requieren abandonar las viejas ideas para aceptar las nuevas, requiere un esfuerzo por salir de nuestra "zona de confort" para aumentar nuestra vista sobre el horizonte, y es que "la adversidad despierta talentos que en la prosperidad hubieran permanecido dormidos".

Un plan de formación eficaz debe contemplar, a modo de metas u objetivos:

·         Mejorar la Práctica Profesional influyendo directamente sobre los distintos niveles competenciales, orientando dicha práctica hacia la consecución de una mayor Calidad en el desempeño.
·         Promover el Desarrollo Profesional mediante la conciencia de un proceso de mejorar continua en la propia praxis.
·         Producir mayor Conocimiento favoreciendo y valorando la diversidad, la innovación y la experimentación conjunta.
·         Proporcionar Estrategias y Recursos adaptados al contexto para realizar una práctica profesional acorde a las necesidades requeridas.
·         Evaluar el Grado de Competencia Profesional con el fin de detectar las necesidades de capacitación.
·         Adaptar la Planificación de las acciones formativas en función de la detección de necesidades de capacitación profesional.
·         Determinar el grado de consecución de las Competencias requeridas y de la adaptación a los Cambios que afectan a la organización.

      Las acciones formativas que constituyen los planes de formación no deben limitarse a la transmisión de conocimientos de forma exclusiva, como se ha estado haciendo de forma generalizada, sino más bien deben re-inventarse y diseñarse atendiendo a los cambios socio-culturales y tecnológicos que están modificando las formas de entendimiento del entorno, de comportamiento relacional y de adquisición de conocimientos.

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