En un mundo cada vez
más globalizado y más interconectado, los recursos digitales, y en general las
tecnologías de la información y la comunicación, se hacen cada vez más
necesarias, llegando a convertirse en elementos casi imprescindibles en la vida
diaria, dependiendo de la generación de que se trate, claro está, pero ya desde la
generación X, que vivieron el cambio de lo analógico a lo digital y se
adaptaron, no sin pocas dificultades a esta nueva realidad, supone la tecnología y sus recursos casi
elementos de primera necesidad, no digamos ya para las generaciones
subsiguientes, la Y o millennials y la Z o “nativos digitales”, generaciones
que no conciben el mundo ni la realidad sin las tecnologías, son multitareas,
no acumulan porque son muy conscientes de que todo está en la red y surfean por
ella localizando lo que les interesa, desmembrando y profundizando en función
de sus intereses y motivaciones, y profundizando en los entornos virtuales de
la red, en los que la identidad puede verse comprometida, tema del que estoy convencido será tratado
en profundidad en los años venideros.
Todo lo comentado
anteriormente tiene una especial relevancia en el ámbito educativo, ya que la
generación Z son en su mayoría los alumnos que actualmente se encuentran en los
centros educativos, y son nativos digitales en el sentido de que han nacido en
un mundo tecnológico hiperconectado en el que no entienden el acceso a la
información sin internet y en el que desde la infancia han estado cercanos al
manejo de la tecnología digital, y esta nueva realidad les hace ser más rápidos en
el uso y admisnitración de multitareas, más intuitivos y más resolutivos a la hora de
resolver problemas porque ven más opciones al trabajar con mayor versatilidad e
interactividad. A esta nueva realidad es a la que la educación se debe adaptar,
desde los ámbitos más elevados de concreción curricular hasta los niveles de mayor concreción, pasando por los recursos
tecnológicos que deben de haber en las aulas, por la didáctica y
metodología de los docentes en el aula, etc., pues lo que servía para las
generaciones precedentes como la generación X, la Baby Boomers o la generación
silenciosa, no puede ni tiene que servir para las subsecuentes y actuales, y la adaptación a
las nuevas generaciones debe partir de un cambio de mentalidad, de las
prácticas y de un es fuerzo de comprensión de la nueva realidad por parte de todas
las personas que constituyen el ámbito educativo.
En el área específica
de la educación física, los recursos digitales nos aportan una amplia gama de
posibilidades para trabajar los contenidos del currículo, desde juegos interactivos
para trabajar los componentes anatómicos o los hábitos alimenticios, hasta el
trabajo autónomo para aprender técnicas deportivas y evaluarse en grupo o así
mismo, también para trabajar los valores, los juegos de distintos países, el
impacto ambiental, la organización y planificación de torneos o eventos
deportivos, para trabajar los efectos de la actividad física sobre el
organismo, o el calentamiento y los estiramientos pre y post ejercicio, y así
un sinfín de posibles aplicaciones que nos ayudan a adaptarnos de manera más ajustada
a las necesidades de aprendizaje que tienen nuestros alumnos. Este ajuste que
realizamos con los recursos digitales nos ayuda a captar la atención de los
alumnos y a generarles dosis de motivación, imprescindible para generar
aprendizaje. La atención y la concentración están estrechamente vinculadas a la
motivación y al aprendizaje, y los recursos digitales son una excelente
herramienta para hacer más atractivo el contenido y captar así la atención de
los alumnos, obviamente, el cómo usarlos eficazmente, depende de la convicción,
la formación y la habilidad de los docentes.
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